La gracia convierte todas las penas en alegría.
Jesús, quiero amar a María como tú la amas, y
quiero amar a los hombres, sobre todo a los pecadores, con tu mismo amor, con
locura.
Jesús, sufro de no sufrir, muero de no morir!
Todo segundo me aparece lleno de gracias y marcado
con el precio de la eternidad.
El sufrimiento, las almas, el amor, son tres
pasiones que se avivan en mí en cada segundo, son mis tres tormentos,
mi triple martirio.
Jesús guarda para Él las espinas y me deja a mí
las rosas…
Jesús me dio por guía y por luz la Hostia y la
Estrella. La Hostia era Él, la Estrella María.
Yo quisiera que no hubiera ni una sola alma que no
amara a Dios.
Gracias sigue ayudándome. Buena PASCUA
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