El icono realizado en 1997, año
centenario del nacimiento de Dina Bélanger, traduce en formas y colores algunos
aspectos de su itinerario espiritual que se sintetiza en estas palabras :
« No soy yo quien vive, es Cristo quien vive en mí ». (Ga 2,20)
DESAPARECER : representado por el vestido oscuro, signo de
renuncia al mundo.
ABANDONO :
las palabras que se leen en el
pergamino son la síntesis de una vida que se ha dejado instruir por el Señor,
aceptando la obediencia hasta el fin. La autobiografía, el acto más costoso de toda
su vida, manifiesta la profundidad de la misión particular que le fue confiada.
AMOR : la cruz sobre el pecho habla de todo el amor de Dina por
Cristo en su Pasión y del amor por su Congregación cuyo monograma está
gravado sobre la cruz.
ACCIÓN
DE GRACIAS E INTERCESIÓN: la
mano derecha elevada en un gesto de intercesión traduce su vida de oración y la
oreja abierta expresa la escucha de las confidencias que le hacen todas las
personas que se dirigen a ella.
COMUNIÓN CON LA TRINIDAD : los tres trazos de luz sobre la frente
recuerdan el camino recorrido ,por Dina hasta el corazón de la Trinidad.
Este otro icono de la Beata Dina
Bélanger fue escrito en el 2010. En él Dina tiene en el mano izquierda un
órgano en miniatura, símbolo del instrumento que produce las armonías
espirituales más puras aquellas que indudablemente escuchó Dina.
La mano derecha, al mismo tiempo que
invita a la oración, señala a Cristo que le presenta la copa : « ¿Quieres
beber mi cáliz ? ». Es el gesto del Esposo a la esposa que gustará
las verdaderas alegrías.
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