ICONOS
El icono, en la tradición cristiana, es
una representación de personajes santos y tiene por finalidad hacer
transparentar lo divino. La transfiguración, especialmente en el rostro de los
personajes, es su clave. El icono posee un profundo significado teológico que
lo diferencia de las estampas piadosas. Está totalmente integrado en la
catequesis ortodoxa y también en la de la Iglesia católica.
Actualmente, los seres humanos necesitan
medios tangibles para crecer y acercarse a
lo divino, a la belleza y a la verdad a fin de dar un sentido a su vida.
Algunos iconógrafos, conociendo la
riqueza interior de la beata Dina Bélanger le han dedicado iconos. Te los
presentamos a continuación.
ICONO
DEL « TRONO DE LA GRACIA O UNA ALABANZA A JESÚS Y A MARÍA »
El icono, en forma de tríptico, del
« Trono de la Gracia o una Alabanza a Jesús y a María » fue escrito
por la H. Marthe Bélanger, R.J.M. en junio de 1993, fiesta de la Sma. Trinidad.
La Virgen María, sentada en un trono,
elevada junto a su Hijo en la gloria, es la imagen viva de la Iglesia. Jesús
bendice con su mano derecha y en la izquierda tiene el rollo de la Palabra de
Vida. María apoya su mano sobre Jesús y con la otra forma una curva hacia abajo
en un movimiento de comunión con su Hijo. Los colores ámbar y verde del trono
recuerdan los mármoles de la capilla de la Casa general de Roma.
En la hoja izquierda, Santa Claudina
lleva vestidos marrón-rojizo, colores de la humildad y de la muerte al mundo.
La mano derecha está en posición de bendecir, gesto reservado a los fundadores
de órdenes o de congregaciones. La mano izquierda señala el camino de la
salvación y de la santificación : Jesús y María.
La hoja derecha representa la Beata Dina
envuelta en amplios vestidos de telas redondeadas como signo de alegría. Su
mano derecha indica el camino de la vida : amor de Jesús, amor de María
formando un sólo amor. La mano izquierda tiene un pergamino signo de su
misión : « Harás el bien con tus escritos » y donde puede leerse
también su divisa : « Amar y dejar hacer a Jesús y a María ».
Ante este cuadro, la persona que lo mira
queda invadida por el silencio. Le atrae con fuerza una certeza : « Todo don viene de
lo alto » y puede unirse a la gran familia de Jesús-María y con ella decir
: ¡SEAN POR SIEMPRE ALABADOS JESÚS Y
MARÍA !
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