Seguimos con Dina, ¿quieres?...
Antes de la
famosa pataleta, su madre ya le enseña a rezar y, a veces, Dina medio tambaleándose
se arrodilla junto a ella. Cuando sus padres rezan el Angelus, Dina corre para
poder gritar al final ¡Amén!
Acompaña a su madre en sus visitas a pobres,
necesitados de ayuda, enfermos. Es la mejor manera de aprender desde muy
pequeña a compartir, a dar, a salir de sí misma. Muy pronto empezó también a
acompañar a su madre a la Iglesia, pero los sermones le parecían largos y se
aburría… Encontró una solución, llevar en su bolsillo una pequeña muñeca y sacarla
justo cuando el predicador subía al púlpito. La madre lo ve y… “¡Guarda esto!”.
Dina, de mala gana la remete en el
bolsillo, pero a los pocos minutos “Valeda” asoma de nuevo la cabeza. Y… ¡Ah!
Se terminó, la mamá la mete en su bolso y Dina espera resignada la reprimenda
que recibirá en su casa. Su madre, para evitar nuevas exhibiciones, esconde la
muñeca. Dina la busca y ¡oh felicidad! la encuentra. Pero el triunfo dura poco;
la mamá la toma y esta vez la lección tiene éxito.
Como ves, la niña se las trae. Gracias a la
constante correspondencia a la gracia, esta tenacidad y voluntarismo en el
carácter le harán caminar con esfuerzo hasta llegar a la cumbre, a la
obediencia y humildad que vivió durante su vida y que fue notable hasta el
final. Es verdad que Dina avanza pronto por un camino ascendente, pero no nació
santa. Como cualquier niña crece con defectos y travesuras que tiene que ir
superando.
A los seis años empieza la Primaria en el colegio
de St. Roch. Antes de salir de su casa tiene miedo de aburrirse pero, como ella
nos dice, se entrega “no sólo con entusiasmo sino con pasión”. Quiere obtener
los primeros puestos y lo consigue. Como es tímida y muy sensible, no le gustan
los juegos ruidosos. Tampoco le gusta distinguirse de las demás. Tiene el pelo
ondulado lo que le permitiría recogerlo con un lazo pero, para seguir el
reglamento del colegio, pide a su madre que se lo trence.
Los años de colegio marcan un progreso en la
formación de su carácter. Exteriormente como las demás, pero en su interior ya
va sintiendo una gran atracción por Jesús y una gran nostalgia de Dios que la
perseguirá toda su vida.
Gracias por esta iniciativa que nos ayuda a conocer más a Dina!!
ResponderEliminarMe alegro y esperom te siga ayudando
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