En junio 1918, Dina ya está en Quebec, después de haber terminado los dos
años de estudio.
En Nueva York había empezado para ella una época de profunda oscuridad
interior y ésta continua al volver a su casa. Sigue atrapada por el amor de
Jesús, pero Jesús calla a menudo y en su interior se desatan terribles luchas
que a ratos no la dejan. ¡Eso sí que fue difícil!
Ahora te pregunto, tú ¿no has experimentado nunca luchas internas? Quieres
hacer una cosa y haces todo lo contrario; prometes vivir de una manera y te
dejas arrastrar por la corriente; sientes cosas que te fastidian y no sabes
cómo combatirlas, te asalta una tentación y no sabes cómo vencerla… ¿Verdad, que en el fondo sufres? Lo mismo le
pasa a Dina… Tal vez puede ayudarte lo que ella hace. No cambia el programa de vida de oración que
se había trazado, más bien la prolonga y aprende a discernir cuándo se trata
realmente de la voz de Dios; no quiere dejarse llevar de ninguna ilusión. ¡Prueba esta solución! Estoy segura de que
sentirás una gran paz que te va a ayudar.

Sí, se trata, aunque ella no lo sepa, de su Autobiografía que empezará a
escribir en marzo de 1924 y que hoy está traducida a diversas lenguas: español,
inglés, italiano y alemán. Muchos la han leído y ha hecho y hace un gran bien. Espero
que también te lo haga a ti. Cuando la leas, quizás te llame la atención
algunas expresiones, ve más allá de las palabras… Ten presente que Dina emplea
el vocabulario propio de la espiritualidad francesa de los primeros decenios
del siglo XX.

¿Sabes? Por dentro, Dina vibra con la música y compone piezas musicales de las que se conservan algunas. Tal vez la más conocida es la que ella llamó “Ricordanza”. Si alguna vez la oyes, te darás cuenta de la fuerza, belleza y armonía de sus acordes. Si quieres oírla, la encontrarás en internet.
Voy a buscar esa pieza. Me ha picado la curiosidad. Y gracias por lo que nos contáis.
ResponderEliminarEl plan de: más oración cuando hay más dudas nunca falla. Es verdad.
Puedes encontrar la pieza en Youtube
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