En este Blog queremos compartir contigo la vida de la bienventurada Dina Bélanger RJM. Publicaremos periódicamente breves capítulos que nos ayudarán a conocerla más.
Te invitamos a leerlos y a que dejes tus comentarios.


LA FAMA DE SANTIDAD de Dina Bélanger se ha hecho universal después de su beatificación.

lunes, 29 de agosto de 2016

Noviciado

Aunque sabemos que Dina tiene ahora un nombre nuevo, nosotros la seguiremos llamando Dina, porque nos resulta más familiar.
Empieza el noviciado y su leitmotiv es no negar nada a Jesús. Tiene ganas de entregarse del todo a Él.  En su corazón quema el fuego del “magis” ignaciano y  quiere siempre dar más y más a Jesús siendo en todo fiel a la gracia. Resume sus deseos diciendo:  Jesús, quiero ser santa y con tu gracia lo seré. Querer ser santa es tener muy claro en la vida el primado de Dios y trabajar para su mayor gloria.
Por el bautismo todos, también tú y yo, estamos llamados a ser santos y, ser santos no es otra cosa que desarrollar al máximo la gracia recibida aquel día. Por nuestra negligencia, las cuerdas del amor, a veces, se desafinan, y es necesario afinarlas constantemente; a menudo no somos capaces pero Dios, si le dejamos, se encarga de hacerlo. Dina, con su temperamento artístico, siempre sensible e incondicionalmente fiel a la gracia, quiere mantener el arpa de su vida muy afinada, para que Jesús pueda tocarla siempre. La divisa que se trazó al salir del Pensionado: “Antes la muerte que el pecado”, ya no le basta; quiere impregnarlo todo de amor y que aparezcan en su divisa los nombres más queridos. Encuentra lo que desea: “Jesús y María la ley de mi amor y mi amor la ley de mi vida”.

Dina se dedica a distintos trabajos propios del noviciado: limpieza, costura, lavadero, estudio… todo lo que la va preparando para la vida religiosa de enseñanza. Toma parte en los recreos y diversiones. Como es muy aguda, escribe sainetes en los que ella misma representa papeles divertidos.

Sigue dando clases de piano; quiere mucho a todas sus alumnas pero, siguiendo las preferencias de Claudina, Fundadora de su Congregación, sus preferidas son las menos dotadas.
Personalmente, continua el estudio de la música y se inicia también en el trabajo literario. Repasa las reglas de la versificación y comienza a componer poesías. Al principio no encuentra facilidad y, según ella, tiene más tiempo el diccionario en su mano buscando palabras, que dejándole reposar sobre la mesa. No se desanima y con la ayuda del Señor, las rimas fluyen más fácilmente. ¿Será que se empieza a cumplir lo que Jesús le había dicho: “harás bien por tus escritos”? Nunca llegó a entender del todo el sentido de estas palabras. Poco se imaginaba que sería  a través de su Autobiografía.

Los días pasan. A Dina no le acompaña siempre el fervor sensible; hay largos momentos en que Jesús calla, pero su voluntad es fuerte para seguir con el deseo de no negarle nada. Cuando la oscuridad es más grande, se pone en manos de María para no rebajar nada al “más” que ha prometido a Jesús. El sufrimiento está presente en medio de grandes consuelos.  No quiere dejarse llevar de la ilusión, necesita discernir  y aunque, por ser muy reservada  y tímida, le cuesta mucho comunicar lo que vive en su interior, lo comparte sencillamente con la religiosa responsable del noviciado. La obediencia “ante todo” es una característica que Claudina quiso imprimir en su Congregación,  Dina la hace totalmente suya y nos dice que la obediencia fue siempre su refugio.

1 comentario:

  1. Muchas gracias por estos textos sobre la beata Dina. A través de cortos relatos nos ayudan a conocerla y nos estimulan para nuestra vida.

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