En este Blog queremos compartir contigo la vida de la bienventurada Dina Bélanger RJM. Publicaremos periódicamente breves capítulos que nos ayudarán a conocerla más.
Te invitamos a leerlos y a que dejes tus comentarios.


LA FAMA DE SANTIDAD de Dina Bélanger se ha hecho universal después de su beatificación.

jueves, 29 de septiembre de 2016

Vida apostólica

Sigamos a Dina. El médico le detecta un principio de enfermedad más seria que la anterior. Esto la lleva a tomar y a interrumpir varias veces la enseñanza. Dina hace el sacrificio de tener que dejar a las alumnas que ha conocido, querido y con las que ha sido siempre una excelente educadora.  A veces, cuando las cosas no son como las hemos previsto se necesita una gran indiferencia para aceptarlas y asumirlas. Dina experimenta sus límites y con ello el sentido de criatura frente a Dios y tiene que renunciar a muchas cosas,  para seguir poniendo a Jesús como su único Principio y Fundamento. 

Varias veces, Dina se da con pasión a la enseñanza de la música entre Saint-Michel y Sillery. Su frecuente permanencia en la enfermería la aleja a menudo de la enseñanza pero no logra apagar su ardor apostólico. Dina sabe que ante muchas posibilidades atractivas hay que escoger algunas y renunciar a otras; lo ha hecho ya antes de entrar en la vida religiosa y ahora está convencida de que esto es “amar y dejar hacer a Jesús y a María.”                                                                     
Por otra parte, Dina no olvida nunca que la vida religiosa es una consagración para la misión y que ella forma parte de una Congregación esencialmente apostólica. La misión es una pasión por Jesús y al mismo tiempo es pasión por la humanidad. Ahora tiene que dejar la enseñanza pero no el apostolado. Cuando no puede estar con las alumnas, se multiplica ayudando a sus hermanas a través de composiciones musicales, trabajos literarios, traducciones en inglés, correcciones de ejercicios, copia de registros, poesías, sainetes para fiestas, escribiendo cartas a exalumnas, amigas y familiares que solicitan su ayuda o a alguna religiosa, profesora de piano, convirtiendo esta correspondencia en unas auténticas lecciones de música.  La inactividad impuesta por la enfermedad fue totalmente apostólica y así fue plenamente contemplativa en la acción.

En una de sus estadías en Saint-Michel, empieza a escribir en marzo 1924 su Autobiografía de la que ya te he hablado. En ella nos descubre las etapas de su andadura mística. Es un texto fascinante, un diálogo con Jesús que la va llevando, en medio de noches oscuras y de grandes consolaciones, a unas cumbres insospechadas de la grandeza de Dios. No te lo sé traducir; hay que leerla directamente porque en muchos momentos es un abismo que da vértigo. Si un día la lees, no olvides que está escrita por una persona de marcada sensibilidad artística y, como te dije, con un lenguaje espiritual de principios del siglo XX, muy distinto al que nosotros usamos hoy. Además tiene que plasmar las etapas más profundas de su contemplación de la Trinidad, con un diálogo que va más allá de lo humano, una sinfonía entre Dios y Dina que a menudo sólo el silencio puede transcribir o hay que utilizar términos absurdos al lenguaje humano para poder expresar realidades tan profundas que a nosotros se nos escapan.

2 comentarios:

  1. Gracias por este nuevo capítulo sobre la vida de Dina. Me ayuda comprobar su apertura al plan de Dios y su disponibilidad para seguirlo.

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  2. Me nace dar gracias al Dios, por manifestarse en detalles tan particulares.
    "Deja la enseñanza pero no el apostolado" Dios mismo se encarga de darnos la creatividad para seguirle sirviendo desde nuestras posibilidades.

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