En este Blog queremos compartir contigo la vida de la bienventurada Dina Bélanger RJM. Publicaremos periódicamente breves capítulos que nos ayudarán a conocerla más.
Te invitamos a leerlos y a que dejes tus comentarios.


LA FAMA DE SANTIDAD de Dina Bélanger se ha hecho universal después de su beatificación.

lunes, 31 de octubre de 2016

Llegó a ser santa


 La fama de santidad de Dina se extendió muy pronto. Casi inmediatamente después de su muerte  se divulgaron muchos escritos narrando su vida. Muchas personas los han leído, sobre todo su Autobiografía, traducida a varias lenguas y que en francés ha alcanzado ya la quinta edición. Los que la leen se quedan asombrados de la obra de Dios en una simple criatura. Sus restos están en la capilla de nuestra casa de Sillery en Quebec  y se multiplican las visitas a su tumba, para rezarle y pedirle innumerables favores.

El 20 de marzo de 1993, el Papa Juan Pablo II la proclamó beata  en la Basílica de San Pedro en Roma. En su homilía, tomó las palabras de San Pablo para decirnos: “Os exhortamos a que no recibáis en vano la gracia de Dios”. Esto fue lo que hizo Dina a lo largo de su vida, dándonos también un testimonio luminoso de  diálogo íntimo con Jesús a quien buscó siempre con toda la finura de su sensibilidad y cuyos dotes para la música la prepararon para acoger la presencia divina y dirigir una alabanza a Dios que va más allá de las palabras. Dina encontró la perla escondida, el tesoro de que habla el Evangelio y por el que se está dispuesto a venderlo todo.
En su vida, encarnó a la perfección el carisma de su Fundadora: revelar la bondad operante de Cristo. Su corazón apostólico se consumió ardiendo para hacer conocer y amar a Jesús y a María hasta los confines del mundo.  No le bastó esto, ella quiere continuar su misión en la eternidad mendigando el amor en provecho de todas las almas, para la mayor gloria de Dios.
Por su testimonio profético, escrito a petición de sus superioras, Dina alcanza a los jóvenes, los adultos, los sacerdotes, las personas consagradas, los artistas, los enfermos, en una palabra todos aquellos que mirándola se abren al Amor de Dios, el único capaz de transformar una vida y de dar la verdadera alegría.

Esta es la estela que dejan los santos. En la tierra su vida termina, pero su luz sigue iluminando el sendero, para que no nos dejemos aprisionar, ni nos estanquemos en el barro del camino. Los santos han sabido vislumbrar muy lejos. Si les dejamos, nos pueden levantar sobre sus hombros, para que también nosotros podamos ver más lejos, como un padre levanta a su hijo cuando no puede ver lo que no le permite su corta estatura…  Dina está dispuesta a hacerlo ¡Déjate levantar por ella!

1 comentario:

  1. Una vida de entrega total a Dios.
    Ayuda mucho el leer su vida y haberlo podido hacer a través de estos capítulos en los que se narra de manera sencilla.
    Que bonito. Muchas gracias.

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